Cualquier técnica, existente o por inventar, que sirva al propósito expresivo que el artista quiere en un momento dado, es válida. , pero cada tema tiene su medio. Yo utilizo utilizo el lápiz; el carboncillo, que me parece dispone de unas cualidades expresivas tremendas; el gouache; tinta china; pluma y otras, como collage, fotomontaje, etc.
La pintura encáustica es una de las técnicas más antiguas que se conocen, datando obras existentes en más de dos mil quinientos años. Fue utilizada por egipcios, griegos y romanos. Después cayó en desuso, probablemente por la dificultad técnica de mantener la cera caliente y la aparición de otros medios de más fácil utilización. Hoy, con la electricidad y la facilidad de usar planchas que calientan la cera esta dificultad está sobradamente obviada.
La encaustica consiste en mezclar pigmentos (yo utilizo los pigmentos tradicionales para artistas, disponibles en cualquier tienda de arte) con cera de abeja refinada derretida, es decir, caliente. La aplicación también hay que hacerla en caliente ya que la pintura se solidifica de la paleta al lienzo.
Para mi la encáustica tiene una serie de cualidades, algunas reales y otras simbólicas.
Está basada en la cera, fabricada por las abejas, de la misma forma y en todo el mundo desde hace millones de años; es un producto químicamente inerte, es decir, no experimenta cambio alguno NUNCA. Ni se oxida, ni se evapora ni cambia de color. Repele la humedad y el polvo. Hay muestras de más de dos mil años que se conservan como si estuvieran recién pintadas.
Desde el punto de vista expresivo yo me encuentro a gusto trabajando en encaustica porque, dado que se solidifica instantáneamente, permite trabajar muy rápido y directo. Las marcas que se hacen quedan plasmadas en el acto, tiene una textura maravillosa y permite cualquier tipo de manipulación. La corrección y modificación de la imagen, cosa que yo hago continuamente, es muy fácil con encaustica. El catálogo de técnicas posibles es extensísimo.